Nos esforzamos por mantener la unidad en el Espíritu de Dios entre nosotros y por ser Valientes por la Verdad en la tierra.
Nos entregamos a la humildad y al temor del Señor, no ensalzándonos por el orgullo.
Aceptamos inquebrantablemente el llamado a pastorear y sustentar a nuestra esposa e hijos en una cultura pos-cristiana.
Elegimos voluntariamente hacer un pacto con nuestros ojos y con nuestro dios, de no dejarnos llevar por la lujuria, la pornografía o el vicio.
Seremos fieles en el matrimonio, leales en la amistad, defenderos de los indefensos y seremos hermanos unidos por la adversidad.
Estamos comprometidos a la tarea de apoyar a reconstruir las vidas rotas de otros, así como Dios lo a echo con nosotros.
Nos comprometemos a hacer discípulos, fomentar líderes y contribuir a la próxima generación.
Nos sometemos a los tiempos y la dirección de Dios en nuestras vidas, y confiamos en Su soberanía en medio del sufrimiento, las dificultades y la oposición.
Nos regocijamos en la verdad de que el gozo de Dios es nuestra fuerza y su Espíritu nos da poder para estar preparados para todas las batallas terrenales.
Es con profunda convicción que nos aferramos a estas virtudes en Cristo, y estamos completamente convencidos de que será solo la gracia del Señor el que nos sostenga en ellas. Nos rendimos e invitamos a Su Espíritu a trabajar en nosotros y a través de nosotros, y a construir estas virtudes en nuestras vidas atreves de Su obra conformadora sobre nosotros y en nosotros.